Directo, irónico y malvado.
Así es Bukowski en la colección de cuentos Se busca a una mujer. Los relatos
dan cuenta de una realidad dura y sexual llevada al extremo. Bukowski fuerza
con sutileza situaciones aparentemente inocuas, de modo que convierte una
escena cotidiana (una mujer aficionada al alcohol entrando en un bar y
acodándose en él) en una superlativamente fantástica, pero bien anclada en la
realidad gracias a su inigualable ironía y cinismo (la mujer saca de su cartera
a una pareja -hombre y mujer- de pocos centímetros de altura, que se ponen a
cachar en plena barra).
En uno de los cuentos,
llamado Something about a Viet Cong flag, Bukowski les arrebata con
contundencia la careta a aquellos fanáticos defensores de los derechos y las
igualdades y tantas otras huevadas, que no desperdician la ocasión para
mostrarse indignados y airados, en marchas y manifestaciones, contra lo que consideran
"grandes injusticias", cuando en realidad son hijitos de papá
incapaces de hacerse un arroz con huevo o irse a vivir a las punas para saber
realmente lo que es la pobreza y la marginación. Así, Bukowski interpone en el
camino de tres jóvenes hippies-manifestantes (dos hombres y una mujer, Sally),
unos chicos blandos e inofensivos, partidarios del Frente Nacional de
Liberación de Vietnam, o Viet Cong, a Red, un tipo llano, brutal, quien, luego
de descolgarse de un tren de carga, cagó detrás de unas rocas y limpió su culo
con unas hojas. Caminó un tramo, se sentó en otra gran roca y roleó un pucho.
Los muchachos se topan con
Red y se produce este sarcástico y riquísimo diálogo que, entre líneas, dice
mucho más de lo que aparenta:
"Heil Hitler!" he said.
The hippies laughed.
"Where you going?" Red
asked.
"We're trying to get to
Denver. I guess we'll make it."
"Well," said Red,
"you're going to have to wait a while. I'm going to have to use your
girl."
"What do you mean?"
"You heard me."
Red grabbed the girl. With one
hand grabbing her hair and the other her ass, he kissed her. The taller of the
guys reached for Red's shoulder. "Now wait a minute . . ."
Red turned and put the guy on the
ground with a short left. A stomach punch. They guy stayed down, breathing
heavily. Red looked at the guy with the Viet Cong flag. "If you don't want
to get hurt, leave me alone."
"Come on," he said to
the girl, "get over behind those rocks."
"No, I won't do it,"
said the girl, "I won't do it."
(Traducción al peruano
malhecha por mí:
"¡Heil
Hitler!" dijo.
Los
hippies rieron.
"¿Adónde
van?" preguntó Red.
"Queremos
llegar a Denver. Creo que sí la hacemos."
"Bueno,"
dijo Red, "tendrán que esperar un poco. Voy a usar a su chica."
"¿Qué
quieres decir?"
"Ya
me escucharon."
Red
cogió a la chica. Con una mano tomándola del pelo y con la otra el culo, la besó.
El más alto de los chicos tomó a Red por el hombre. "Espera
un momento . . ."
Red
se volvió y mandó al chico al suelo con un corto de izquierda. Un puñetazo en
el estómago. El chico permaneció en el suelo, respirando con dificultad. Red miró
al chico que llevaba la bandera de Viet Cong. "Si no quieres que te cague
igual que a tu pata, no me jodas y déjame solo."
"Vamos,"
le dijo a la chica, "ponte en cuatro detrás de esas rocas."
"No,
no lo haré," dijo la muchacha, "No lo haré.")
Pero lo hace, convencida por
el filudo cuchillo que Red presiona con su rostro. Mientras Red y la chica
tienen sexo, Bukowski nos presenta el diálogo de dos pusilánimes que son buenos
para marchar y protestar, pero inútiles para mostrar alguna clase de valentía
en la defensa de su compañera.
Red and the girl disappeared
behind the rocks. The guy with the flag helped his friend up. They stood there.
They stood there some minutes.
"He's fucking Sally. What
can we do? He's fucking her right now."
"What can we do? He's a
madman."
"We should do
something."
"Sally must think we're real
shits."
"We are. There are two of
us. We could have handled him."
"He has a knife."
"It doesn't matter. We could
have taken him."
"I feel god damned
miserable."
"How do you think Sally
feels? He's fucking
her."
(Traducción al peruano
malhecha por mí:
Red
y la muchacha desaparecieron tras las rocas. El chico de la bandera ayudó a
levantarse a su pata. Se quedaron parados allí. Se quedaron parados allí unos
minutos.
"Se
está tirando a Sally. ¿Qué podemos hacer? Se la está cachando ahorita mismo."
"¿Qué
podemos hacer? El tipo es un demente."
"Deberíamos
hacer algo."
"Sally
estará pensando que somos unas verdaderas mierdas."
"Lo
somos. Somos dos mierdas. Pudimos haberlo neutralizado."
"Tiene
un cuchillo."
"Qué
importa. Pudimos haberlo neutralizado."
"Me
siento hasta las huevas."
"¿Cómo
crees que se está sintiendo Sally? Él se la está cachando.")
Red termina de coger y les
devuelve a Sally agradeciéndoles la cortesía y lo buena que estaba. Luego se
marcha. Un segundo después, un conejo salta desde detrás de unas malezas y los
muchachos se asustan.
"A rabbit," said Leo,
"a rabbit."
"That rabbit scared you
guys, didn't it?"
"Well, after what happened,
we're jumpy."
"You're jumpy? What
about me? Listen let's sit down a minute. I'm tired."
There was a patch of shade and
Sally sat between them.
"You know, though ..."
she said.
"What?"
"It wasn't so bad. On a
strictly sexual basis, I mean. He really put it to me. On a strictly sexual
basis it was quite something."
"What?" said Dale.
"I mean, morally, I hate
him. The son of a bitch should be shot. He's a dog. A pig. But on a strictly
sexual basis it was something . . ."
They sat there a while not saying
anything. Then they got out the two cigarettes and smoked them, passing them
around.
"I wish we had some
dope," said Leo.
"God, I knew it was coming,
said Sally. "You guys almost don't exist."
(Traducción al peruano
malhecha por mí:
"Un
conejo," dijo Leo, "un conejo."
"Ese
conejo los asustó, ¿no?"
"Bueno,
después de lo que pasó, estamos algo asustados."
"¿Están
asustados? ¿Y yo? Mejor sentémonos un rato. Estoy cansada."
Había
un retazo de sombra y Sally se sentó entre sus dos amigos.
"¿Saben?
..." dijo ella.
"¿Qué?"
"No
estuvo tan mal. O sea, sexualmente hablando. El tipo realmente se afanó. Sexualmente
hablando, fue algo extraordinario."
"¿Qué?"
dijo Dale.
"O
sea, moralmente, lo odio. Alguien debería meterle un balazo al hijo de perra. Es
un perro. Un cerdo. Pero sexualmente hablando, fue extraordinario . . ."
Estuvieron
sentados un rato sin decirse nada. Entonces sacaron dos cigarrillos y se los fumaron,
pasándoselos.
"Ojalá
tuviésemos algo de hierba," dijo Leo.
"Dios,
sabía que dirías algo así, dijo Sally. "Ustedes, idiotas, practicamente no
existen." )
Bukowski nunca me defrauda y
es siempre un alivio leer su prosa simple y, al mismo tiempo, repleta de
alegorías.