lunes, 13 de septiembre de 2021

Vox horrísona - Luis Hernández - Lectura terminada # 1549





El eco vital del famoso poeta (y médico de profesión) de Jesús María es, en esta antología preparada por Mirko Lauer, un tanto barroco en cuanto a sus figuras. No hallé al Luchito juguetón de otros trabajos. Sin embargo, en medio de la espesura de este alambicamiento, mi poco entrenado cerebro pudo refocilarse con versos como los siguientes:

«Puedo llegar al mar

con la sola alegría

de mis cantos».

«Ezra:

Sé que si llegaras a mi barrio

Los muchachos dirían en la esquina:

Qué tal viejo, che’ su madre».

«Soy Luisito Hernández

CMP 8977

Ex campeón de peso welter

Interbarrios; soy Billy

The Kid, también,

Y la exuberancia

De mi amor

Hace que se me haga

Un nudo en el pulmón».

 

Y, para las almas libres, creadoras, aunque de corazón más bien tímido y de voluntad siempre recta, Luchito escribe “Dedicatoria”:

«A todos los prófugos del mundo, a quienes quisieron

contemplar el mundo,

a los prófugos y a los físicos puros, a las teorías

restringidas y a la generalizada.

A todas las cervezas junto al mar.

A todos los que, en el fondo, tiemblan al ver un guardia.

A los que aman a pesar de su dolor y el dolor que el

tiempo hace florecer en el alma».

 

«Chanson d’amour» es el canto que le dedicarías a la persona cuya sola presencia eterniza tu paz.

«Solo tuve

Un Amor humano

Porque el Amor

No es el cielo

Por eso tengo

Algunas astillas

En el corazón.

Y por qué no decirle a esa persona especial:

Yo conozco de ti

La forma cómo

Besas el tiempo».

 

Risueño, hierático, clásico, Luis Hernández es el poeta que debe ser leído en medio de los paisajes limeños que lo inspiraron.

No hay comentarios:

Publicar un comentario