martes, 30 de marzo de 2010

Breve introducción

Buenos días

Mi nombre es Luis Daniel Gutiérrez Híjar. Estudié ingeniería de minas en una universidad de Lima. El deseo de escribir sobre diversos temas, en especial temas políticos o de corte social, me ha impulsado a crear este blog. Quizá nadie lea lo que tenga a bien publicar en este espacio. No me importa. Tomo esto como una manera de canalizar los miles de pensamientos y observaciones que acuden a mí mientras camino por la calle, reviso el periódico, veo una película, miro la tele o leo un libro. Es decir, los contenidos que trataré serán muy aleatorios.

Sin embargo, cada tema tendrá un punto de comunión con el subsecuente: la mirada escrutadora y confrontacional que le da el título a este espacio.

Es la primera vez que escribo en un blog. Recién ayer creé esta página. Recuerdo que en el año 1995, el diario El Comercio lanzó una interesante propuesta en la que invitaba a todos los estudiantes escolares de Lima -no sé si la propuesta abarcaba a los estudiantes de provincias- a enviar artículos que, luego de una minuciosa selección, se publicarían en una sección en el diario habilitada para dicho fin. Cada colegio enviaría a tres representantes.
En mi colegio, el Baden Powell de Los Olivos, la selección de los representantes estuvo a cargo de la maestra de literatura y lenguaje Dula Luyo. En mi aula eligieron a una chica que era la primer puesto en el orden de mérito académico -yo, modestamente, ocupaba el tercero-. Su nombre era Lilian. Ella era, además, hija de la maestra Dula. Estoy seguro de que esa relación madre-hija no fue el motivo principal para Lilian saliese elegida. Sin embargo, no hubo una selección formal. Creo que -y si miento que alguien involucrado en este tema ya pasado, me corrija- la elección de Lilian fue a dedo y debido a sus meritorias calificaciones en el curso de Literatura. Guardo gratos recuerdos de aquella profesora pues gracias a ella leí algunos clásicos de la literatura en mi etapa colegial.
Lilian llegó a tener un artículo publicado en el decano del Perú. El artículo fue recortado de un ejemplar del diario y tachueleado en el periódico mural del colegio. No recuerdo de qué versaba la columna pero sí que el nombre Lilian aparecía allí, al lado del nombre de colegio.
Al año siguiente, debía elegirse nuevos representantes. En ese año, cambiamos de maestra en Literatura -la profesora Dula, se encargó de enseñar en otros grados-. El nombre de la nueva profesora no ha quedado grabado en mi mente. Sólo trabajó ese año en el colegio. Quizá por ese hecho su nombre me resulta esquivo.
En cierta ocasión, esta maestra nos hizo representar en el aula el drama de Ollantay. Cada uno de los alumnos íbamos a representar un papel de aquella obra incaica. También se ha hecho humo en mi memoria el papel que me tocó representar. Sin embargo, recuerdo que en uno de los diálogos que me tocó decir, troqué la palabra "apresar" por "aprehender". Este cambio lo hice inopinadamente pues "apresar" no la tenía en la punta de la lengua como "aprehender".
La profesora se sorprendió por ese hecho: un alumno de primero de secundaria manejando una palabra tan poco conocida. La palabra aquella la tenía alamcenada y en uso en mi acervo verbal debido a los libros de literatura que disfrutaba leer.
Inmediatamente me nombró representante del segundo de secundaria para ocupar el cargo de corresponsal de El Comercio.
Hasta hoy lamento el nunca haber enviado un artículo. Ni siquiera redacté un borrador. Nada. Decepcioné tremendamente a las autoridades de mi escuela. Supongo que no encontraba sobre qué escribir, me sentía muy pequeño intelectualmente como para escribir algo y que otras personas lo lean.
Por eso, luego de tantos años, esta página será mi revancha por todos esos artículos que nunca escribí. Me gustaría escribir para un diario, pero mejor es ir yendo paso a paso.

Esta introducción o presentación no ha sido muy breve como indica el título pero creo que refleja mi motivo para escribir sobre lo que me marque.

Hasta pronto.

1 comentario:

  1. no me conoces, tal vez nunca nos conozcamos, pero gracias a ti le volví a encontrar sentido a leer.

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