Es sumamente fácil comprobar que vivimos en una sociedad donde la hipocresía reina. Todos somos hipócritas. Y cuando alguna persona deja de serlo, y se expresa sin hipocresías ni eufemismos, los hipócritas remanentes nos sobresaltamos y rasgamos las vestiduras.
Es el caso de Tatiana Astengo, quien en una entrevista para una cadena extranjera expresó que Magaly Solier es una india. Dijo que Magaly Solier obtuvo determinado papel en una película pues el director buscaba a alguien más india para el rol.
Y yo me pregunto ¿cuál es el problema? ¿Magaly Solier acaso no es india? Yo también lo soy y no me voy a derrumbar o escarapelar porque alguien me lo dice. Cada quien llega a este mundo ostentando determinada raza de la que debiera sentirse orgulloso sin caer en el bobaliconería de exaltarla pues pecaríamos de nacionalistas. Y se sabe que no hay peor mal que los nacionalismos extremos.
Sin embargo, los medios de prensa peruanos han catalogado a Tatiana Astengo como racista. Seguramente querían que Tatiana dijera que Magaly obtuvo el papel de inmigrante en la película porque poseía los rasgos físicos característicos de la gente que habita en las zonas andinas del Perú.
¿Cuál es el problema de decir que alguien es indio o negro o blanco o cholo si esa es su raza? ¿Tengo que usar un cúmulo de palabras para andarme con vueltas, rodeos y requiebros para expresar algo que podría hacer con una sola?
Dejemos la hipocresía de lado, por favor. Esas personas que se han escandalizado con que Tatiana llame a Magaly india son las primeras que, en privado, andan por el mundo “choleando” y menospreciando a gente que cree posee una raza inferior a la de ellas.
Todo mi apoyo a Tatiana y que no niegue lo que dijo. Yo en su lugar lo reafirmaría y le daría un ejemplo a la gente de lo que es vivir sin hipocresías.
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