Me falta mucho para hablar y escribir de acuerdo con lo establecido por las normas de la Real Academia de la Lengua Española, pero cada día que transcurre me esfuerzo un mucho más (mi esfuerzo ya es bastante si consideramos que mi naturaleza es la de ser un gran vago) por hablar y escribir con propiedad.
Si se bombardea constantemente el idioma español con pifias y dislates que pasarán inexorablemente de una generación a otra generación ¿qué quedaría entonces de aquella bella herramienta de la que se han servido tantos escritores quienes a través de sus ficciones nos han hecho sentir que esta vida vale la pena vivirla por un corto periodo (al menos hasta los cuarenta años)?
No quedaría nada. El idioma perdería su exuberante belleza.
Entonces, analizaremos (la palabra analizar me suena distante puesto que soy más un diletante que un analista. Ni modo, no encontré un verbo mejor) el siguiente fragmento de un mensaje que recibió toda una organización. El mensaje fue escrito por el gerente de una determinada área de negocio.
“Estimado Fulano,
Aprovecho para felicitarte por la exposición realizada ayer en…”
¿Qué es lo que aprovecha el escritor de ese mensaje? ¿Es correcto el modo en cómo emplea “aprovecho” el escribiente de ese correo? No, no es correcto el modo en cómo emplea “aprovecho”, y no es culpa del escribidor de dicho correo, pues seguramente lo adquirió (me refiero al modo de utilizar “aprovecho”) en su entorno social.
Son los componentes –gran mayoría- de ese entorno social los que, alambicadamente, destruyen los giros y expresiones correctos del idioma.
Afortunadamente, contamos con herramientas como el “Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española” de Manuel Seco para despejar cualquier vacilación.
Según Seco, aprovechar, en el sentido que refiere el escribiente del mensaje anterior, debe escribirse como “aprovechar la ocasión” o “aprovecharse DE la ocasión”.
Entonces, el correo de nuestro estimado escribidor debió decir:
“Estimado Fulano,
Aprovecho la ocasión (o Aprovecho el momento o Aprovecho la oportunidad) para felicitarte…”
Es oportuno señalar que Seco proscribe el empleo de “Aprovechar (sin se) DE la ocasión” por ser una construcción francesa y no española.
Cuidemos, sin melindres y peros, la naturaleza de nuestro idioma.
Eso sí, el que tiene plata habla como quiere y puede obviar este mensaje. Los que no tenemos, debemos cuidar el único patrimonio que nos queda: el castellano.
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