Antes de entrar en detalles sobre el asunto que deseo tratar, primero debo mencionar que no soy lingüista (me gustaría serlo). Soy, por capricho supongo, una persona que trata de hablar y escribir correctamente. Me gustaría estar rodeado de gente que me corrija cuando cometo algún desvarío gramatical al hablar o escribir. Sería estupendo que alguien –alguien que posea ingentes conocimientos gramaticales- estuviera a mi lado corrigiéndome una y otra vez. Sin embargo, ante la falta de ese alguien, están los libros y diccionarios que no vacilo en consultar ante cualquier duda que pueda atentar contra el bien decir. Uno de mis referentes y modelos más conspicuos es Marco Aurelio Denegri. Sus libros son ejemplos del bien decir.
Ahora sí, paso a relatar el punto de hoy.
El gerente general de una compañía de cierto prestigio le escribe a uno de sus empleados para felicitarlo por la excelente acogida que tuvo la disertación que dio en cierta institución. Previamente, el gerente del área para la que trabaja dicho empleado lo había felicitado en un mensaje. Entonces, el gerente general escribe lo siguiente:
“Estimado Fulano:
Me aúno al mensaje de Mengano y reitero mis felicitaciones por tu exposición de ayer ¡¡¡” (los tres signos de admiración abiertos y consecutivos son de la autoría del gerente general)
Mucha gente emplea verbos que consideran “más cultos” que otros más simples para aparentar cierta cultura que, en realidad (cruda realidad), no tienen. Si una persona va a usar verbos que no son parte de su vocabulario entonces tiene dos opciones: 1) no los usa y emplea los que conoce, o 2) si los usa, debe investigar sobre su correcto empleo.
El gerente general apostó por la segunda opción. Pero no investigó –tarea que debía serle natural- sobre el uso apropiado del verbo “aunar” y envió un mensaje incorrectamente escrito a todos sus empleados, quienes seguramente repetirán el error puesto que lo escribió su “omnisciente” gerente general.
Según el “Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española” de Manuel Seco, aunar se construye del siguiente modo: aunarse CON otro.
Así, el mensaje del gerente general debió escribirse: “Me aúno con Mengano para felicitar…”
Considero que aquellas personas que ostentan cargos importantes en las organizaciones deben tener la obligación de ser ejemplos para sus empleados y deben esmerarse en la forma en cómo se comunican, pues de lo contrario, sus trabajadores repetirán las mismas barrabasadas que aquellos irrogan al idioma.
Jajajajajajajaja ...
ResponderEliminarGracias, me ha servido de mucho tu post, un abrazo
ResponderEliminar¡o sea que no se puede decir "me uno a tu grupo"?
ResponderEliminarInteresante
ResponderEliminarCasi cometo el error del Gerente. Felizmente elegí mi opción dos antes. Estupendo, muchas gracias.
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