“Al
diablo con Dios” debiera llamarse, más bien, “Al diablo con la Iglesia
Católica” porque, más que un bombardeo a los cimientos sobre los que se funda
la creencia en Dios, Pedro Salinas dinamita el accionar de la cúpula que maneja
aquella milenaria institución. Y lo dinamita con lógica y hechos concretos.
Morganita ojeando el libro. Al parecer, el texto no la convence.
Más
aún, este libro es un golpe certero a todo aquello que huela a represión,
arcaísmo e intolerancia.
(Cholo atorrante que se alucina culto porque lee delante de una pila de libros)
El
siguiente extracto referente a la Iglesia Católica, sacado de la página 159 del
libro (mi ejemplar es pirata, por si acaso), resume perfectamente el tenor de
“Al diablo con Dios”:
“Su
estricta jerarquía y sus inquebrantables dogmas y su cerrado sistema que aspira
a un pensamiento único, en tiempos como los actuales, tampoco ayudan. Ayudan,
sí, a perfilar una iglesia decadente y anquilosada y retardataria y premoderna.
Discriminando
a las mujeres o prohibiendo los anticonceptivos o tapando los abusos sexuales
de sus curas o polarizando a las sociedades en temas como el aborto, la
homosexualidad y la eutanasia, como verán, no apuntala ninguna reforma real ni
ninguna corrección auténtica. Todo lo contrario”.
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