Durante
tres días he vivido pegado a “El hombre equivocado”, estupenda novela de
suspenso del norteamericano John Katzenbach.
Era
una cosa que no podía soltar el bendito libro, y esto porque Katzenbach sabe
perfectamente cómo mantener enganchado a su lector. Cada capítulo termina con
una pequeña porción de droga que necesitarás consumir en el siguiente. Es un
maestro este Katzenbach. En Youtube, busqué alguna entrevista sobre esta
novela, pero hallé conversaciones con respecto a otras de sus muchos trabajos,
y me di cuenta de que este escritor norteamericano tiene una legión de
admiradores por el motivo que les acabo de exponer: sabe suministrarnos a
nosotros sus lectores contadas y efectivas dosis de ese narcótico llamado
suspenso.
(Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/John_Katzenbach#mediaviewer/Archivo:John_Katzenbach_2.jpg)
Como
siempre, este nuevo hallazgo fue el producto de una de mis visitas a mi
librería de viejo de Quilca: la librería del señor Luna, para más señas. Me
costó 3 soles. Bueno, 2.5 por ser cliente conocido. Lo escogí porque las
primeras líneas del libro (y luego las demás) son simplemente invitantes.
Siempre que voy a la librería del señor Luna, con 10 o 15 soles, compro 8 o 10
libros.
A
la fecha, he visto una buena parte de las entrevistas de Katzenbach en Youtube.
Me quedo con esta frase que copio a continuación:
“La
gente dice que escribo libros de suspenso psicológico. Todos los buenos libros
debieran ser libros de suspenso psicológico. Todos los buenos libros debieran
generarte esas ganas de voltear la página. Todo libro debiera ser excitante.”
Así
es. No importa la técnica que se utilice para construir la novela, pero esa
técnica y el resto de la artesanía que emplee el autor deben ser capaces de
encender la curiosidad del lector de modo que éste simplemente se deje
arrastrar, expectante, hasta la última hoja, sin tomarse siquiera un respiro
para ver qué sucede allá afuera, en el mundo exterior.
A
ver, hablemos un poco acerca de “El hombre equivocado”. No podrán olvidarse tan
pronto de uno de los personajes principales de la novela, el psicópata Michael
O’Connell. Este tipo es el malo de la película. Tuvo un cache fugaz con Ashley,
la única hija del extinto matrimonio entre el profesor universitario de
Historia Scott Freeman y Sally Freeman-Richards, quien ahora convive con Hope
Frazer, una entrenadora de soccer en un colegio de mujeres. Así es Sally, una
abogada más o menos exitosa, se arriesgó a apostar, a pesar de los prejuicios
ajenos, por la relación que sentía más sincera, por convivir con Hope en la
casa de ésta.
Michael
desea a Ashley por encima de cualquier cosa e intentará de todo, hasta arruinar
la vida de los seres queridos de la muchacha con tal de eliminar a cualquiera
que se interponga en el camino de poseerla una vez más en cuerpo y alma.
Suspenso,
violencia, intimidaciones y asesinatos. Todo ello se entrelaza cuidadosamente
en “El hombre equivocado”. Pero, también, hay amor. Luego de que hayan
experimentado la fascinante lectura de este libro, podrán acordar conmigo que
el amor, en todas sus variantes, es el protagonista: El amor retorcido y
obsesivo de Michael O’Connell por su víctima y el amor de los padres de Ashley
que los llevarán a cometer una bárbara empresa, una empresa que no los volverá
a dejar igual que antes.
Ahora,
tendré que esperar que mi chica me regale alguno de los muchos otros libros de
John: “La historia del loco”, “Un asunto pendiente”, “El psicoanalista”, entre
otros. Porque las posibilidades de que llegue otro libro usado de Katzenbach a
mi librería de viejo son remotas. Cuento contigo, por fa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario