A
pocas noches de la última del año 2013, perdí un libro, seiscientos sesenta y
seis soles y un celular. Un libro. Bah, debo decir “un gran libro”. Todavía me
duele no tener ese ejemplar en mi biblioteca. Me lo había dos días antes de
extraviarlo.
Descubrir
a Chuck Palahniuk fue uno de los golpes de suerte más interesantes que me dejó
el año pasado. ¿Por qué? Porque Chuck es un escritor brillante y porque está
vivo, está vivo y produciendo.
Leer
«El club de la lucha» fue una experiencia renovadora. Me enseñó que hoy existen
nuevas formas de narrar y que hay un autor, Chuck, que posee un pulso preciso y
veloz.
¿Qué
es «El club de la lucha»?
Es
una gran novela.
Jamás
olvidaré su formidable comienzo:
«Tyler
me consigue un trabajo de camarero, después me mete una pistola en la boca y me
dice que para alcanzar la vida eterna primero tienes que morirte. Sin embargo,
durante mucho tiempo Tyler y yo fuimos muy buenos amigos. La gente siempre me
pregunta si conocía bien a Tyler Durden» (Página 2).
Si
eres el empleado de una empresa, te pagan bien, te compras lo último que
publicitan en la televisión, entonces este libro podría ayudarte a ver las cosas
como las ve Tyler Durden, anarquista y líder de una organización que se va
componiendo de gente que, como muchos, limpia mesas en un restaurante, es policía,
es médico, abogado, profesor, pasea perros, sufre de males terminales, etc.
Pero,
como dice el mismo Chuck, «El club de la lucha» también es una novela que hace
escarnio de los anarquistas que buscan formar un grupo, sentirse identificados con
otro, robotizarse; es decir, de aquellos anarquistas que salen de una
burocracia legal para habitar una burocracia ilegal.
Chuck
les da con palo a estas dos corrientes de vida: a los que moran felices en un
estado de consumo y a los que se rebelan en contra de ese orden vano y
superficial. Chuck es un escritor al que le gusta incomodar. Esto lo hace
genial.
¿Cómo
carajo leí este libro si lo perdí?
Bueno,
descubrí que existe una versión en PDF en internet. Leía la novela en mis horas
de trabajo de empleado burocrático. Fue un milagro que no haya renunciado a mi
empleo mientras la leía. Ganas no me faltaban, porque esas ganas crecían desmedidamente con cada línea de la novela. Pero la imagen de mi hija Morgana
me mantenía con los pies en la Tierra. Sin el dinero de mi empleo, ¿cómo podría mantener a esa
preciosura?
Además
del tema de la novela, me atrajo el estilo narrativo de Chuck. Un estilo que él
llama “minimalismo”: pocos objetos, pocos personajes y pocos escenarios. Así,
la energía narrativa no se desperdicia describiendo un sinfín de cosas. El
lector va descubriendo que el autor, con cada página, va enriqueciendo a sus
pocos personajes. Los personajes de Chuck son poderosos, dejan huella en el
lector. Cada página te va golpeando hasta noquearte en la final.
Quiero
pensar que fue el espíritu del legendario Tyler Durden el que provocó que
perdiera el libro, el dinero y el celular. No tengo celular y me siento
maravilloso.
En
este video, Chuck presenta su libro «Tell all» y lee un cuento. Pero en dos
momentos de esta presentación, Chuck nos habla de su forma de narrar y de su
novela «El club de la lucha».
(3:46) "In
minimalism, the way I was taught it from Tom Spanbauer who learnt it from
Gordon Lish, you really keep your elements really pared down: you have the same
number of characters from the very beginning as you do at the very end, that
you do the very most you can do with very minimum number of elements, and this
include your objects as well as your characters and your settings, that instead
introducing new things ongoinly and losing energy every time you have to lapse
into description of this other new thing. You keep things simple, so that
things are grew greater sort of energy."
(7:09) "So
pretty much every one of the stories, every one of the books that I write has
got a paradox built into it. I like to have a story about something that is at
odds with the content of the story. I love how in Portland, Oregon, whenever
the anarchists are gonna have a big social protest, a big civil disobedient
riot, I love how they all call each other and say “what are you gonna wear?” “I
don’t know I think I’m gonna wear black, but like a black…” And they all have
to kind of be the same, that there is this sort of bureaucracy to anarchy. And
so Fight club was supposed to be this comedy about the bureaucracy of anarchy
and all the rules that were involved in anarchy. And I just loved the absurdity
of it, the paradox of that."
Estas
son las frases del libro que me acompañaran de por vida y que seguramente
repetiré, borracho, en alguna reunión. Así que, amigos (si es que todavía tengo
alguno), no me inviten a ninguna reunión porque terminaré pontificando sobre
este tipo de literatura y repitiendo como un loro las frases de «El club de la
lucha». (Las páginas al lado de cada frase son de la versión en PDF que leí).
«Cualquier
cosa de la que puedas estar orgulloso acabará en el cubo de la basura.» Página
4.
«Esto
era la libertad. La libertad consistía en perder toda esperanza.» Página 7.
«Lo máximo que podías esperar de la perfección era un instante.» Página 12.
«A
veces haces algo y estás jodido, y otras, estás jodido por lo que no haces.»
Página 24.
«Debes
tener en cuenta la posibilidad de no caerle bien a Dios. Pudiera ser que Dios
nos odiara. No es lo peor que podría ocurrir. Tyler se dio cuenta de que llamar
la atención de Dios por ser malo era mejor que no recibir ninguna atención. Tal
vez porque el odio de Dios sea preferible a su indiferencia. Si pudieras ser el
peor enemigo de Dios o nada ¿qué elegirías?» Página 64.
«Generaciones
y generaciones han desempeñado trabajos que odiaban para poder comprar cosas
que en realidad no necesitan.» Página 69.
«No
eres tu triste billetera.» Página 71.
«Somos
los hijos medianos de la Historia, educados por la televisión para creer que un
día seremos millonarios y estrellas de cine y estrellas de rock, pero no es
así, y acabamos de darnos cuenta-dice Tyler-. Así que no intente jodernos.»
Página 78.
«Si
eres varón, y eres cristiano y vives en Estados Unidos, tu padre es tu modelo
de Dios.» Página 89.
«Y
el combate continúa y continúa porque quiero morir. Porque solo muriendo
tenemos nombre. Solo muertos dejamos de formar parte del Proyecto Estragos.»
Página 96.
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