sábado, 31 de agosto de 2024

NOVELA PERUANA EL PROFE BRUTI de Daniel Gutiérrez Híjar - Capítulo 08

 

De todas las periodistas, a la única que me cacharía rico y me la… y la cargaría… en mi… pata al hombro… es a Samir; nada más. Las demás, al poto.

¿Qué tipo de hombre asqueroso se expresa así de una mujer?, dijo Samir, una de las periodistas deportivas más tetonas y culonas del YouTube peruano, en su programa Fútbol y Cama con Samir.

Es indignante, apoyó Carlos Cáceres, coconductor del programa de Samir.

Ella lo fulminó con la mirada. No quería que nadie le perturbara su editorial feminista. Era su momento de brillar, de impactar en la sociedad y, así, con un poco de suerte, dejar ese programita de YouTube y llegar a la televisión, su máximo sueño. Carlos comprendió que debía meterse la lengua al culo.

Este tipo se hace llamar el Profe Bruti y ya mi equipo de investigación se está encargando de identificarlo para exponerlo a las autoridades.

Carlos tenía un dato importante que creyó conveniente compartir, aunque su compañera se volviese a molestar.

Samir, discúlpame que te interrumpa, pero el audio fue un audio privado. Parece que lo sacaron de contexto.

La protagonista del show era Samir. Ella no iba a permitir que un segundón como Cáceres, que nunca brilló cuando estuvo en televisión ni mucho menos ahora que mendigaba pantalla en YouTube, le enmendara la información. Sacado o no de contexto, lo que ese Profe Bruti había dicho era injurioso para las mujeres del Perú.

No me vengas con cuentos, Carlos. Las palabras de este docente, en contexto o no, son una ofensa grave para las mujeres femeninas de este país. Ojo, analicen lo que estoy diciendo. Estoy hablando de un do-cen-te, un pro-fe-sor, un imbécil que debería expresarse mejor ya que se supone que forma a las mentes del mañana de este país. Cómo un puto do-cen-te va a terminar hablando así de una mujer. Me ha cosificado. Me quiere poner pata al hombro. ¡¿Qué es eso?!

El productor del programa de Samir, un hombre que se hacía llamar El Chueco, festejaba por dentro. Eso es lo que le gusta a tu público Samir: tus tetas, tus patas y tu brutalidad. Sigue derramando brutalidad, rezaba El Chueco para su coleto.

Y yo no voy a permitir que tú, Carlos Cáceres, uno de los mayores fracasos del periodismo deportivo, borrachoso y asqueroso, vengas a justificar a ese Profe Bruti.

Samir se llevó un dedo al oído para acomodar el audífono por medio del cual El Chueco le indicaba algo puntual desde la cabina de producción, y continuó: Sí, me informan que el Profe Bruti se llama Roberto y enseña Educación Cívica en el colegio 345 del Cono Norte. Agárrate, maldito, porque te tenemos rodeado. Este audio llegará a tu centro laboral para que tomen las medidas respectivas con un cosificador de mujeres como tú; o sea, para que te metan una patada en el culo y aprendas a respetar a las féminas y seas un profesor de verdad.

El Chueco movió la cabeza, y una sonrisa de satisfacción inundó su rostro: Samir había aprendido muy bien el arte de dar show. Lo que le había comunicado a través del apuntador no tenía nada que ver con el Profe Bruti; en realidad, le había indicado que continuase derramando brutalidad, que la audiencia y los consecuentes yapes estaban desbordándose. Además, le había pedido que, por favor, se metiera un argumento contundente para expulsar definitivamente a Cáceres del programa. Hacía varias semanas que El Chueco quería deshacerse de la lastrada presencia de Cáceres, pero la añeja amistad que los unía desde sus tiempos en la tele se lo había impedido. Este era el momento propicio para librarse de ese huevón.

Y tú, Carlos, fracasado de mierda, no te quiero más en este set.

El periodista Carlos Cáceres mostró un rostro de sorpresa repentina. La cámara dos del programa captó esa expresión en toda su claridad. Había que regodearse con cada gramo de esa reacción.

No quiero apañadores de violadores de mujeres en este programa.

¿Violador?, dijo Cáceres, pero sí solo fue un audio…

¡Calla, apañador! Claro que ese Bruti es un violador. Tratar a una mujer como si solo fuera un par de piernas con un huecazo en medio de ellas es violación. ¡Lárgate! No soporto ver un minuto más tu cara de depravado.

Carlos miró hacia El Chueco. Pareció preguntar: ¿Es esto show? ¿Es esta huevada de verdad?

El ladino productor le devolvió una mirada que solo podía interpretarse como: Puta, lo siento, huevón. Agarra tus cosas y en mi oficina te espera tu liquidación.

¡Aplaudan, carajo!, vociferó Samir, exigiendo con entusiasmo que los camarógrafos y el productor apoyaran el acto de erradicar al encubridor del violador con estruendosas palmadas y vítores.

El veterano y arruinado periodista Carlos Cáceres, encogido y abochornado, abandonó el set. La cámara tres se encargó de registrar cada paso de su patético discurrir hacia la salida.

Ya sabes, Profe Bruti, si en este Perú hay justicia para las mujeres, y si la ministra de la mujer me está escuchando, mañana mismo te quedas sin trabajo, porque contar con profesores mañosos y violadores como tú no es nada bueno para la educación de este país.

El productor le brindó un pulgar de éxito a Samir: ¡Bien hecho! Luego, hizo círculos en el aire con los índices, señal inequívoca de que era momento de mencionar el producto estrella de uno de los anunciantes.

El gesto vitriólico de Samir se transformó de repente en una sonrisa lasciva: Y, ahora, quiero agradecer el auspicio de condones Bola Ocho, tu mejor poncho. Estos condones son los más resistentes del mercado y harán que tu mujer sienta toda tu larga y gruesa virilidad en el Camacho Perla.

Mostrando a la cámara dos esos muslos abultados, pero finamente torneados, que la habían valido dos millones de seguidores en TikTok y otro tanto semejante en Instagram, continuó: Si algún día, llegas a ser mi novio, tienes que portar en el bolsillo el poncho Bola Ocho, si no, este cuerpazo de infarto jamás será tuyo. Esto último lo dijo hamacándose los pechos con las manos. Ya sabes, condones Bola Ocho; los demás, al poto.

Productor, prosiguió Samir, fijando sus ojos caramelo en la cámara uno, ahora hablemos del torneo local. Me cuentan que la U…


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