Hierros que abren veneros de oros que palidecen en las noches
Las almas del pasado reclaman las reliquias que con dolor hallaron
pero sus secretos abominables las devuelven a las
viejas cúpulas en donde roen sus desdichas
Ciudad levantada con codicia
hoy tus habitantes roban visiones moribundas que
visten telas coloniales y se conducen con silencio piadoso
El tiempo
en tu seno
es un muro difícil de roer
No hay comentarios:
Publicar un comentario