Apacible noche que descansa en mi espíritu minero cuando las mañanas me
ordenan recabar el sustento que deberé forjarme con el duro golpe de la comba y
la barreta
En el hogar
desconsolada madre vaga por las habitaciones añorando
mi presencia
Cuando el mortal crujido me abata
los compañeros levantarán una copa en señal de mi
recuerdo pasajero
y mi madre se consustanciará con el dolido aire de la casa
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