Funesto venero de riquezas se halla en lares donde se agita el centro
del mundo clamando por raudales inagotables de sudor
Sudor que intercambiamos por sangre que derramamos de rodillas al
adorado cielo
pero clavadas las piernas en las profundidades
zafirinas de la humanidad
Cuando el hambre nos hace dementes
los mares se encrespan
en cánticos discordantes
No hay comentarios:
Publicar un comentario