Me echo sobre la cama y pienso: Qué fue de aquellas chicas con las que solía mantener algún tipo de contacto, ¿qué fue de aquellas pocas amigas que tenía?
No es que no soporte el hecho de pasar los fines de semana solo. Actualmente, puedo asegurar1 que no me angustio si no tengo a una chica de modo permanente a mi lado; o sea, una enamorada. Puedo prescindir de eso porque tengo, ante todo, otras prioridades; prioridades que he descubierto que tenía gracias a la intervención en mi vida de mi última ex-chica.
Sin embargo, ello no quiere decir que voy a llevar una vida monacal. En absoluto. No way. Me permitiré frecuentar una discoteca –sin gastar demasiado dinero, por supuesto-, al menos un par de veces al mes, para divertirme y bailar y, si la suerte me es favorable, entablar alguna relación fugaz con alguna chica incauta pero de atributos aceptables.
Pero, hilvanar los lazos con las chicas que dejé de frecuentar, por pasar la totalidad de mi tiempo libre con la chica que pensé que se quedaría conmigo por un interregno de tiempo algo largo, es algo que deseo hacer para no volver a deshilvanarlos por ningún motivo.
Pienso en que siempre es tiempo para volver a empezar. Nuestras vidas –así vivamos 100 años- siempre serán cortas y, por tanto, no es aconsejable pasarse las horas tristes, encolerizados o guardando rencores a determinadas personas. Hay que disfrutar de cada segundo de nuestro tiempo sobre este planeta, pues ese segundo podría ser, inesperadamente, el último.
Como diría Jim Morrison en Light my fire: “The time to hesitate is through, no time to wallow in the mire”. Amén.
Empezaré contactándome con una vieja amiga. Espera mi contacto, vieja y querida amiga.
1 Sobre el verbo ASEGURAR: Se dice “asegurar (afirmar) QUE es verdad” o “asegurarse (cerciorarse) DE que es verdad.
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