Las huidas de tu locura
Encaminadas en zapatos de taco aguja
Que hincan las destiladas aceras
De
los bordes de la plaza
Tus ojos adormecidos de recuerdos
Inconexos
de licor
Nos habíamos sentado a una mesa
Ofreciéndonos saliva
Amor
Y
consuelo
Sin saber que al amanecer
Nos negaríamos dos veces
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