El heladero se abre paso
Por entre la maleza de ruidos de motores de niños de balas y pregones
Sus dientes aún sonríen
La cara todavía es optimista
A pesar de sentir el odio de un sol
Que le parte la gorra
Con cruentos rayos aserrados
Así de luchadores
Son los heladeros
Como ardillas que devoran el maní
Que un viejo ciego
Les ofrece en un parque
A las cuatro de la tarde
No hay comentarios:
Publicar un comentario