Los ojos fuertes cuelgan del sol
Sus manos resbalan negras y fornidas
Entre cejas pobladas de puntas apelmazadas
Rayos reflejados en las cornucopias de sus pupilas
Parten la oscuridad con dos mandobles
Así de triste es levantarse de la cama cuando no se tiene un trabajo y
hay bocas que claman de hambre
Mejor es volver a la cama
Y esperar el fin del mundo
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