Mis cholos tocan sus arpas
Y cimbrean sus cuerpos ante cruces de madera
Que
huelen a la pezuña de satanás
Llevan un palo atravesado por la cola
Pero bailan como perros embravecidos
Se alborozan hundiendo sus trompas
En las
pailas de basura que caen de mi mesa
Mis cholos
En
vano
Rompen
sus cadenas
Porque sus debilidades y alienaciones
Siempre
los mantendrán
Engarzados
a mis tambores
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