Una pequeña, de padres peruanos, le dijo a Michelle Obama, quien se encontraba sentada ante un círculo de infantes durante una visita que realizó a una escuela primaria en Washington, lo siguiente: “Mi mamá (...) dice que Barack Obama se está llevando a todos los que no tienen papeles”.
Michelle Obama, muy serenamente respondió: “Sí, bueno, eso es algo sobre lo que tenemos que trabajar, para asegurarnos de que las personas puedan estar aquí con el tipo correcto de papeles”.
La niña, replicó: “Pero mi mamá no tiene papeles”,
La esposa de Barack Obama, sin inmutarse o sobresaltarse, le dijo: “Sí, tendremos que trabajar en eso, tenemos que corregir eso y que todos van a trabajar en el Congreso para asegurar que esa corrección tenga lugar.
Muy bueno y admirable lo que hizo aquella niña: Hablarle con la mayor naturalidad a una autoridad tan importante como Michelle Obama sobre un tema actual álgido y preocupante. ¿Quién no ha tenido un familiar que ingresó a los Estados Unidos de manera ilegal? Espero que no deporten a la niñita y a su mamá luego de que se supiera que no tienen papeles. Espero que a esa niñita y a su madre les den la nacionalidad americana para toda la vida por ese gesto de confrontación democrático que la niña ha demostrado.
Muy bien por Michelle Obama quien no esquivó aquel pedregoso tema y, más bien, lo enfrentó con la mesura y calma característica de un buen estadista. Cualquier político de este país peruano hubiera mandado callar a la niña y hubiera toreado el tema con un desparpajo flagrante.
Ojalá existiesen periodistas con los “cojones” y agallas de aquella niña. Ojalá existiesen personas como esa valiente niña que salió en defensa de los intereses de su abnegada madre.
Hasta pronto.
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