Los amigos perdidos jamás se buscan
Ellos viven muy bien encima de sus altares
bañados por mares de azufre azulino en las esquinas de
los barrios que dejaste
Caminan y se multiplican
hervidos por la pálida figura que fuiste para ellos
En cambio
reza por tus enemigos
Ellos siempre levitan sobre ti como meteoros impulsados por el agudo
placer de tu desgracia
Pero todos
amigos perdidos
enemigos impelidos
y tú
son cobardes que morirán desesperados
acostumbrados a trabajar
pagar
y trabajar
siempre con sed de milagros y fantasías
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