¿Cómo recobrar el músculo del placer cuando mi sentido de la perfección anda reventado y no me hallo ya en el Parnaso donde moras tú?
Ya ni en la ciudad hay placeres
apenas calles angostas y vacías como pinga de oso que
vomitó su víspera con abundancia
en tanto yo me marchaba como abeja
cargado de jardín
Divide mi tedio y vende mi carga
Bendíceme
Conviérteme en tu panal
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