Bebamos del río Rímac
Inscribamos sus aguas en nuestros pechos
Ellas son como el Leteo:
nos saludan y nos olvidan
Así que cumplamos con nuestras tareas
Montemos de gozo todos los días
a cualquier hora
Nunca nos arrepintamos de que nuestros dones se malgasten
en un abrir y cerrar de piernas
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