Un mundo en una canción escrita en un verso pétreo de prosa terrible que tú olvidas cuando me ves pasar
siempre deudor de tu pluma
siempre sospechando que todo lo mío tiene la
estructura de todo lo tuyo
Solitarios cuadros románticos languidecen en el penumbroso barco surto
desde hace siglos en un puerto abrumado de álamos encorvados.
Cántame desde tus alturas.
Sóplame las velas enjaezadas en tu honor.
Dime en qué mar los vientos blancos volverán a brillar en la aurora de
mi vida.
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