Ya no te reconozco.
Te has hecho muy astuta.
Antes, apenas me veías, te cagabas en los calzones. Ahora, estás muy
animada, muy viva.
¿Qué tienes, asquerosa? ¿Has olvidado que a cada perra le llega su
navidad? ¡Muy pronto saldrás por esa puerta en una mochila y en trozos!
¿Dónde está mi plata? ¡Suelta ya mi plata!
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