jueves, 26 de agosto de 2021

El arte de la guerra - Sun Tzu - Lectura terminada # 1545

 




¿Quieres conquistar a esa persona que se infiltra en tus pensamientos a diario desde que la viste en aquella azotea? O quizá, ¿te han dado la oportunidad en el trabajo de dirigir a un grupo de personas? Para ambos casos, y para muchos otros en los que el paralelismo con la dirección de algo con miras a vencer un obstáculo (guerra) sea factible –la vida misma, ¿por qué no? - «El arte de la guerra» es una guía para emplear de modo eficiente las armas de las cuales disponemos en pos de conseguir el triunfo deseado.

Sin embargo, este libro, atribuido al antiguo guerrero chino Sun Tzu es también una voz que invita a conocer primero al aliado que se esconde en ti. Mientras no conozcas tus límites, serás tu principal enemigo y saboteador.

Aquí te dejo algunos pasajes cribados por mí, con todo cariño, para ti, amigo seguidor:

«Ganan los que saben cuándo luchar y cuándo no».

«Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro; si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla».

«El desorden llega del orden, la cobardía surge del valor, la debilidad brota de la fuerza».

«Los buenos guerreros buscan la efectividad en la batalla a partir de la fuerza del ímpetu y no de la fuerza de cada soldado. Así, pues, son capaces de escoger a la gente y dejar que la fuerza del ímpetu haga su trabajo».

«Cuando el enemigo está cerca, pero permanece en calma, quiere decir que se halla en una posición fuerte. Cuando está lejos, pero intenta provocar hostilidades, quiere que avances. Si, además, su posición es accesible, eso quiere decir que le es favorable».

«Las armas son instrumentos de mal augurio, y la guerra es un asunto peligroso. Es indispensable impedir una derrota desastrosa, y, por lo tanto, no vale la pena movilizar un ejército por razones insignificantes: las armas solo deben utilizarse cuando no existe otro remedio».

«Un gobierno no debe movilizar un ejército por ira, y los jefes militares no deben provocar la guerra por cólera. Actúa cuando sea beneficioso; en caso contrario, desiste».

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