domingo, 27 de mayo de 2012

Cómo ganar amigos e influir sobre las personas - Dale Carnegie

Está claro que soy un tipo introvertido. Yo lo tengo claro y he aprendido a vivir con ello. Disfruto de los momentos de soledad que consigo regalarme esporádicamente para leer y leer. Sin embargo, soy consciente de que no voy a vivir de leer lo que me gusta, al menos por ahora. Nadie me paga por leer las cosas más o menos inútiles que suelo leer. Es por ello que, para mejorar mis escasas habilidades de interacción con las personas que me rodean, decidí comprar y leer el libro “Cómo ganar amigos e influir sobre las personas”, escrito por Dale Carnegie (1888 – 1955) y publicado en el año 1936. El ejemplar que poseo corresponde a la septuagésima edición (1964) y, hasta ese momento, el libro llevaba ya más de 15,000,000 de unidades vendidas en el mundo. Imagino que el éxito del libro debe continuar hoy en día pues la gente como yo, necesitada de ayuda en el aspecto social, todavía abunda. Desde la primera página el libro logra enganchar al lector con la miríada de ejemplos que ilustran cada principio rector que pontifica el texto para que el interesado logre su cometido: ganar amistades, o al menos caerle bien a la gente, e influir sobre ellas. “Cómo ganar amigos e influir sobre las personas” consta de cuatro partes: 1) Técnicas fundamentales para tratar al prójimo, 2) Seis maneras de agradar a los demás, 3) Logre que los demás piensen como usted y 4) Sea un líder: cómo cambiar a los demás sin ofenderlos ni respetar sus resentimientos. Carnegie dice que es imposible ganar una discusión, que la única manera de ganarlas es evitándolas. Es preciso, si uno desea agradar a los demás, olvidarse de sus propios problemas o inquietudes y mostrar un genuino interés por aquello que aqueja o preocupa al otro. A nadie le interesa lo que le pueda gustar a uno. Todos nos preocupamos por lo nuestro. Cada uno de nosotros se siente importante. Ahí radica el éxito del inicio y buen camino de una conversación: dejar que el otro hable de aquello que lo fascina o acongoja. Claro que aquel que escucha debe estar verdaderamente interesado en conocer ese asunto que provoca la algazara o pena del interlocutor, de lo contrario, el intento por agradar fracasar-a estrepitosamente pues se descubriría que no es genuino, que es un acto hipócrita. El libro de Carnegie hierve de ejemplos que ponen en relieve el éxito de esa técnica, hombres poderosos y muy ocupados que no tienen tiempo para atender las quejas de nadie, de pronto, ante la muestra de interés por los asuntos que a ellos les preocupan, terminan prestándole toda la atención a ese individuo diplomático que ha sabido aplicar la técnica de Carnegie en su favor. Luego de la lectura de “Cómo ganar amigos e influir sobre las personas”, uno reconoce que debe bajar a cero su ego ante los demás y tratar de mostrar un genuino interés por los affaires del prójimo. Transcribiré aquí uno de los muchos pasajes del libro que han quedado cincelados en los pliegues de mi estragado pero todavía operativo cerebro: “Hace veinticinco siglos el sabio chino Laotsé dijo ciertas cosas que los lectores de este libro podrían utilizar hoy: «La razón por la cual los ríos y los mares reciben el homenaje de cien torrentes de la montaña es que se mantienen por debajo de ellos. Así son capaces de reinar sobre todos los torrentes de la montaña. De igual modo, el sabio que desea estar por encima de los hombres se coloca debajo de ellos; el que quiere estar delante de ellos, se coloca detrás. De tal manera, aunque su lugar sea por encima de los hombres, éstos no sienten su peso; aunque su lugar sea delante de ellos, no lo toman como insulto». Considero que este libro debe ser leído por toda aquella persona que tenga a su cargo a otras y quiera que su liderazgo se deba al buen ejemplo que pueda mostrar y no a ucases y mandatos arbitrarios.

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