viernes, 22 de enero de 2016

"Casas muertas" - Miguel Otero Silva



Hace mucho tiempo (unos tres meses, para ser exactos) que terminé de leer esta novelita que tenía allí, en mi biblioteca, ganando polvo y olvido. Siempre me topaba con ella cuando buscaba algún texto que leer, y nunca le hacía caso.

Entonces, me animé a leerla. Tenía algo de 120 páginas, y esto fortaleció mi decisión de aventurarme en ellas. 

Al margen del argumento del libro (que no lo recuerdo mucho ya porque mi memoria se estraga más con los días; uno se va haciendo viejo), el mensaje que pude capturar fue el que me motivó a hacer la locura que he decidido emprender: crear mi propia empresa.

"Casas muertas", del escritor venezolano, ya extinto, Miguel Otero Silva, no es un libro de autoayuda; sino una novela, una buena novela, que trata del movimiento, de la migración de las gentes hacia lugares, al parecer, prometedores, dejando lo viejo, lo yermo, lo baldío, lo enfermo, lo contaminado, atrás. "Casas muertas" es la historia de un puñado de personas que se aferra a Ortiz, su pueblecito atrasado y escondido de todo. La protagonista, Carmen Rosa, la habitante más joven del lugar, es la única persona que se atreve, al final de la historia, a dejar Ortiz, a aventurarse por lo desconocido, por la vida alocada que se decía se llevaba en los nuevos centros poblados adonde los lugareños de pequeños pueblecitos acudían en enjambres atraídos por el dinero y las promesas de conseguirlo a raudales.

Es moverse, avanzar o morir. Esto me quedó de esa lectura.

Unos meses después, decido asimilar el mensaje y librarme de todo aquello que sentía me lastraba. Así, fui a la SUNARP para reservar el nombre de esta consultora en ventilación minera que deseo fundar (o estoy fundando): TEMPUS Mine and Tunnel Ventilation Studies. Cinco soles me costó realizar una búsqueda de nombres similares que pudieran conflictuar el nacimiento de esta empresa, y dieciocho reservar el nombre.

Hoy debo recoger el documento de reserva y hacer unos papeleos (que detallaré después) en la notaría. 

Muchas veces, a las novelas, uno les da su lectura particular. Espero, sinceramente, con todos los miedos que albergo por llevar a cabo este emprendimiento, que le haya dado la lectura correcta a "Casas muertas".



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