“The
Doors” trascendió el concepto de rock. Fue un accidente irrepetible en la
Historia. Desde la concepción del nombre, nos damos cuenta de su contenido
poético, de su desgarradora profundidad metafísica, de sus geniales aullidos en
el desierto que sacuden las cadenas de la opresión.
¿Quién,
en estos tiempos, bautiza a su banda o grupo musical con referencias al oscuro
simbolista William Blake o al místico lisérgico Aldous Huxley? Casi nadie. Jim
Morrison lo hizo.
Considerado
un genio, Jim se sumergió en la filosofía y el misticismo desde muy pequeño.
Antes de terminar la secundaria, ya había leído todo Nietzsche y se había hecho
fanático de “On The Road”, del beat Jack Kerouac.
Cuando
Jim y Ray Manzarek, tecladista de la banda, deciden unir sus talentos para
crear música, eligen “The Doors” como nombre del grupo. ¿Por qué “The Doors”[1]? Aquí viene lo genial: porque
Jim había leído toda la obra de Aldous Huxley. Uno de sus ensayos lo cautivó particularmente:
“The Doors Of Perception”[2]. En ese trabajo, Huxley
describe sus experiencias físicas y mentales con la mezcalina. Huxley era de
esos escritores que experimentaban las pulsiones del mundo en el propio cuerpo
para legarlas luego en el papel con la minuciosidad y lucidez debidas. Bueno,
pues, Huxley nombró su ensayo a partir de un verso del maléfico poeta inglés William
Blake, de quien Jim era también ferviente admirador. El verso de Blake decía: “If the doors of perception
were cleansed, everything would appear to man as it is: infinite”[3].
Entonces,
“The Doors” era el nombre perfecto. Si aún no los has escuchado, escúchalos. Las
puertas de tu mente se abrirán a un mundo de estridente, melódica y libertaria
poesía.
El
influjo de “The Doors” enriqueció mis lecturas. Así se revela la trascendencia y
el impacto de un genuino artista sobre su público. No solo llevo conmigo inolvidables
himnos como “Moonlight Drive”, “Light My Fire”, “Touch Me”, “Riders Of The Storm”;
sino también los profundos y remecedores contenidos de las obras de Huxley (“Eminencia
Gris”, “Las Puertas De La Percepción”, “Un Mundo Feliz[4]”, “Viejo Muere El Cisne”) y
de Blake (“El Matrimonio Del Cielo Y El Infierno”).
[1] Las puertas.
[2] Las puertas de la percepción.
[3] Si las puertas de la percepción se purificaran, todo aparecería
ante el hombre tal cual es: infinito”.
[4] Una próxima novela mía, según anuncié en la portada interior de mi
libro “El Solitario De Zepita”, se llamará “Un País Feliz”. Mera coincidencia.
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