domingo, 20 de febrero de 2011

Gaby Pérez Del Solar

Gaby Pérez Del Solar fue una notable voleybolista que derrochó admirables dosis de energía, entrega, talento y técnica, siempre que jugó representando al Perú.

Me parece que llegó a ocupar un escaño en el congreso legislativo que asumió funciones durante el período 2006-2011.

Por los enormes carteles que he visto de ella, en varios puntos de la ciudad (carteles que ostentan la vertiginosa altura de casi 7 metros), nuevamente está tentando la posibilidad de repetir la experiencia como Madre de la Patria para el período 2011-2016.

El segundo párrafo de este post lo inicié con las palabras “Me parece que llegó a ocupar un escaño en el Congreso”. No lo hice intencionalmente. Simplemente, tengo mis dudas sobre si llegó a formar parte de este Congreso que ya se va, porque la señora Gaby no ha realizado los méritos suficientes o no ha sido una gravitante protagonista de la coyuntura política. ¿Habrá participado en la creación de proyectos de ley importantes para el país? ¿O se dedicó a calentar el asiento solamente?

En todo caso, mi crítica hacia su postulación al próximo parlamento se origina a raíz del logo marketero que acompaña a la exorbitante foto de ella que pulula en la ciudad.

Una altísima Gaby Pérez Del Solar nos mira y sonríe desde unos siete u ocho metros de altura. A su lado, la frase: “Por un Congreso sin bajezas” nos invita a marcar el número 6 del partido de PPK por medio del cual se está postulando.

La frase, ciertamente, alude con astucia la altura física de Gaby. Pero, ¿es su estatura, (obra del azar; pudo haber nacido baja o mediana) un poderoso argumento que nos garantizará a los electores que la señora Gaby será capaz de actuar destacadamente en el Congreso? ¿sus casi dos metros de estatura son aval de que desaparecerán las bajezas, perfidias y felonías en el parlamento peruano? ¿Una cosa tiene que ver con la otra?

Esas frases, como la que acompaña a la descomunal foto de Pérez Del Solar, son más apropiadas, creo yo, para ofrecer productos baladíes y de consumo masivo, no cuando lo que está en juego es tratar de incluir a personas de valía intelectual y moral en el parlamento.

¿Por qué estos candidatos nos venden frasecitas y no propuestas, ideas o trayectorias profesionales destacables? Supongo que saben que al electorado peruano se lo puede convencer fácilmente apelando a su sentido dicharachero y juguetón en lugar de a su criterio juicioso, pues saben que carecemos de él.

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