lunes, 23 de abril de 2012

¿Por qué comprar una Tablet?

Cuando su esposa le ha preguntado para qué quería una Tablet, el escritor ha respondido, con firmeza, fe y entusiasmo, que la Tablet le será de gran utilidad para dar cima a sus muchos proyectos literarios y le servirá, además, como la herramienta perfecta para profundizar en sus lecturas. Con la Tablet, que además es un teléfono, podrá navegar en internet y consultar un diccionario virtual completo cada vez que se tope con alguna palabra desconocida o podrá informarse sobre la vida de tal o cual personaje que aparezca mencionado en sus lecturas. También, cuando se encuentre en la librería, siempre a la casa de alguna obra, buscará en internet algunas referencias que le arrojen luces sobre el autor o el tema tratado. Como la Tablet viene con un procesador de textos, podrá escribir, desde la comodidad del sofá de su sala, desde una biblioteca, desde el autobús, desde la propia librería, las ideas que conformarán un artículo de su blog o unos párrafos más de la novela que prepara con mucho celo. El escritor no usará la Tablet para ingresar al Facebook o al Hotmail porque ninguna de esas formas de interactuar con sus amigos –no tiene amigos- le agrada. Si no sabe de qué hablar con sus conocidos cuando se los topa o debe visitarlos, mucho menos sabrá de qué conversar cuando se los encuentre en esos espacios cibernéticos. El escritor es un animal solitario que solamente sabe llevarse bien con un libro y es incapaz de sostener una conversación más o menos interesante con alguien -¿para qué?, se cuestiona. Sabe que del común de la gente no va a aprender nada- puesto que se aburre pronto. Es feliz, más bien, cuando se encuentra frente a las páginas de un libro, al lado de su Tablet, que le servirá de diccionario, enciclopedia y cuaderno de apuntes. ¡Qué aburrido eres!, dice la esposa del escritor. Y no se equivoca. El escritor le da toda la razón. Su solaz en medio de las letras es una forma de recreación que nunca comprenderían muchas personas que el escritor conoce, y eso, esa exclusividad, lo mantiene feliz y satisfecho. En resumen, ante el mundo, el escritor esgrime los siguientes argumentos por los cuales ha adquirido una Tablet: para usarla como material de consulta y como procesador de texto. Sin embargo, hay algo que el escritor no se atreve a confesar, con toda seguridad porque carece de valor, de huevos. No le dirá nunca a su esposa ni a nadie que también usa la Tablet, deseó la Tablet, para ver pornografía y brindarse ráfagas de placer ahora que la vida familiar le ha arrebatado considerables porciones del libertinaje que lo hacía dichoso. El escritor solía tener dos o tres amigas con quienes solía tener sexo guardando siempre una cordial distancia, evitando así encadenarse a una tortuosa relación sentimental. Ya se sabe que una relación amorosa entre dos personas suele terminar muy mal, convirtiendo a los amantes en feroces enemigos en el peor de los casos y en dos cordiales desconocidos en el mejor. Por eso, porque el escritor ya no puede tirar libre y placenteramente, de un modo egoísta, sin preocuparse por que su compañera tenga un orgasmo o no, es que le es indispensable esa Tablet, la cual será una ventana lujuriosa que le facilitará ver mujeres desnudas desde cualquier lugar que desee, siempre bien escondido, a salvo de las miradas moralistas. Autocomplacerse le hará mejor persona, lo aliviará del estrés producido por la vida familiar, lo convertirá en un ser más ecuánime, menos ceñudo.

2 comentarios:

  1. jajaja....que porqueria que sos!

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  2. Tu sinceridad me agrada...Asi es la vida en familia y aun falta un poquito...los condimentos indispensables de toda relacion..para toda la vida.Una verdadera eternidad

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