viernes, 2 de abril de 2010

Expoferia de las Américas

En el proceso de enviar CVs a diferentes empresas mineras, abrigando la esperanza de que alguna de ellas tenga a bien contratar mis servicios de imberbe ingeniero de minas, ocupo mi tiempo leyendo los diarios en las mañanas (Peru21 o Correo) y alguna que otra novela. A pesar de contar con un televisor -generoso y desprendido regalo de mi hermano Manuel- en mi cuarto, prefiero mantener tal aparato apagado.

No obstante, de vez en cuando, enciendo la TV a eso de las diez u once de la mañana, con el fin de ver la una y mil veces repetida Expoferia de las Américas, transmitida por el canal 11.

No podría explicar cabalmente por qué me gusta ver ese programa. Pero podría decir que me entretiene el escuchar las singulares palabras que aquellos sagaces vendedores utilizan para promocionar sus "novedosos" productos. Llevo una lista mental de los vocablos y frases que más manidas por esos vocingleros y paporreteros comerciantes: "de manera rápida y sencilla", "más fácil que darle un besito en la boca al esposo", "es realmente maravilloso", "de manera formidable", "papis traigan a los chicos, chicos traigan a los papis", "este producto es la novedad de la feria", "este producto ha ganado premios internacionales", "tu vecina Rosa la rumorosa se va a jalar los pelos de la envidia", "nos quedan pocas unidades, apresúrense a comprar", "esta es nuestra última semana", en fin.

Otro rasgo muy característico de ese programa es que siempre que mudan a un lugar y se establecen en él, lanzan en las pantallas de RBC la fecha límite de su estadía en el lugar escogido. Una vez alcanzada la fecha mencionada, enuncian una nueva fecha límite en su permanencia. De ese modo, lo que inicialmente debió haber durado una semana, termina durando un mes o más.

Hay dos rasgos que quiero resaltar y que me joden sobremanera:

1) Lo que acabo de mencionar. Al igual que la mentada Expoferia de las Américas, los peruanos tenemos la mala constumbre de postergar las cosas, de dilatar los tiempos, de no cumplir con la palabra empeñada. Si los señores de la Expoferia dicen que se quedan en el lugar A hasta la fecha B pues deberían cumplir su palabra y largarse una vez cumplido el plazo. Si argumentan que tienen pocas unidades para vender, ¿por qué demonios esta Expoferia se extiende indefinidamente? Similar situación ocurre cuando una persona aborda una combi vacía estacionada en cierto lugar. El chofer tiene detenido el vehículo pues quiere llenarlo. El cobrador llama vocingleramente a la gente para que atiborre su combi. Cuando el vehículo está razonablemente lleno, los pasajeros protestan y le increpan al chofer que ponga primera y arranque. El chofer dice que va a avanzar. Es ahí donde viene la "mecida" que, al igual que en la Expoferia, sufrirá el ciudadano: el chofer hace el ademán de avanzar, hace rugir su motor, pero el vehículo apenas se ha movido un par de centímetros.

2) Hace unos meses compré, en un puesto de Las Malvinas de la Avenida Argentina, un celular que, creí, era un iPhone. El aparato en cuestión era muy parecido al iPhone pero no era tal. De eso me di cuenta después. Sin embargo, el artefacto sí contaba con el sistema WiFi, que era lo que me importaba en realidad. Días después vi el mismo aparato, que adquirí en la Avenida Argentina, promocionado en la Expoferia de las Américas como la "mini computadora laptop de bolsillo". Por supuesto, el precio al que lo compré en Las Malvinas fue algo menor al de la Expoferia. Cierto día, sin mediar un motivo aparente, la lectora de memoria de mi "WiFi Phone" (ese nombre está escrito al reverso del aparato) se malogró. Me frustró ese hecho pues yo siempre escuchaba la música que tenía almacenada en la memoria de 2GB que contenía el celular. Fui a Las Malvinas a que me reparasen el desperfecto. Me dijeron que como el celular era un celular chino, no contaban con los repuestos. O sea, era imposible arreglar o cambiar la tarjeta de memoria. Esto me enseñó algo: a) nunca comprar cosas novedosas, pues dificilmente hallaré sus repuestos en el mercado, b) nunca más comprar celulares chinos, pues se te estropean al poco tiempo.
Entonces, estos señores de la Expoferia anuncian a esa "mini computadora laptop de bolsillo" de manera pomposa, con bombos y platillos. Pero, señores de la Expoferia, si se avería alguna pieza de ese "celular-mini laptop", ¿me venderán ustedes los repuestos necesarios? ¿me brindarán la asistencia técnica adecuada? Eso no lo mencionan, ¿por qué será?

Me queda decirle a la gente que tenga más cuidado al momento de realizar sus compras, evalúen bien el producto, para que no se quemen como me quemé yo.

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