viernes, 30 de abril de 2010

Ni por Kouri ni por Lourdes

Lourdes Flores tilda a Alex Kouri de "señorito aristócrata".

Alex Kouri califica a Lourdes Flores de "pituca".

Lourdes Flores dice representar a la decencia y a la honestidad.

Alex Kouri pregona su alianza con los desposeídos y marginados.

Yo digo que ambos no sirven para gobernarnos. Ambos contendores aún no han mostrado propuestas tangibles, debidamente probadas y demostradas sobre cómo gobernarán desde el sillón municipal limeño. O sea, se repite lo que sucede en el Perú de manera secular: solamente caras y eslóganes populacheros que se lanzan al ruedo y en el camino van elaborando un plan de gobierno -si es que no lo empiezan a elaborar desde que asumen su mandato-.

No tiene nada de malo poseer dinero y ser pituco. Tampoco tiene nada de reprobable ser una persona de modestos recursos. Eso no debiera juzgarse. Debe juzgarse y evaluarse propuestas, señores.

Que la señora Lourdes no venga a construir todo su aparato político detrás de la mascarada de "la decencia y la honestidad". Tengo una anécdota que referir para desbaratar esa mascarada.

Mi padre es un próspero médico ginecólogo. Él es un tipo muy honrado. El más honrado que conozco, poseedor de una inteligencia sobresaliente. Mi padre vive en Chimbote y, por el año 2006, se enroló en las filas del partido de Lourdes para tentar una curul en el congreso y llevar un poco de decencia a ese nido de ratas. Tuvo que apoquinar cierta gran cantidad de dinero para poder participar en las elecciones internas del partido de donde se decidiría quién representaba a Chimbote. en propagandas y otra serie de estupideces se fue gran parte de sus ahorros. Tenía mi papá a dos competidores que se caracterizaban por su abrumador poder económico. De los tres candidatos, mi padre era el único honesto. Y no lo digo por ser yo su hijo. He tenido algunas discrepancias con mi padre en el pasado pero no debido al tema ético-moral. Mi padre siempre ha sido para mí un ejemplo de decencia, moralidad y, sobre todo, honradez. Los dos peces gordos, con sus ingentes cantidades de dinero sobrepasaron a mi padre y entre ellos se destruyeron a dentelladas, comprando votos de los más desposeídos y menos informados, quedando uno solícito a ser el representante de esa región. Según muy buenas fuentes, esos dos tipos con dinero habían amasado esas fortunas gracias a sus habilidades de zorros taimados y astutos. Eran corruptos hasta decir basta, como diría Bryce. Mi padre quedó muy desilusionado. Se había preferido el dinero a las ideas. Luego, Lourdes iría a visitar Chimbote y se pasearía del brazo con el pez gordo ganador de la contienda. Así que señora Lourdes, usted ni nadie representa a la decencia. Eso no existe. Todos hemos sido indecentes, todos hemos cometido excesos alguna vez.

Yo votaría por un candidato que se muestre tal cual, por un candidato que diga he fumado maruhuana, he hecho esto o lo otro. Por un candidato que diga soy pérfido, soy una mala persona, etc. Ese candidato sería un verdadero ser humano. Ese candidato no enfocaría su estrategia de campaña a ser "el santito" sino que presentaría un plan de gobierno debidamente fundamentado y refrendado, incluso, por sus enemigos públicos.

Con respecto al señor Kouri, ya demostré con qué clase de gente se junta para llevarla al poder. Esto lo he hecho en mi columna titulada "El asesor de prensa de Kouri celoso, tozudo y autoritario".

Creo que los votantes limeños deben fijar su mirada en los otros candidatos. La señora Susana Villarán no sería una mala opción. Habrá que revisar su plan de gobierno.

Hasta pronto

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